Gente tóxica

Gente tóxica

Últimamente vengo escuchando este término que se utiliza con mayor asiduidad en los medios de comunicación y en las conversaciones de nuestras casas y reuniones. Parece que se ha puesto de moda, utilizar el término “tóxico” y derivados, para denominar a ciertas personas y relaciones, que tienen una influencia negativa sobre nosotros, nuestros hijos, nuestros amigos, etc. Se escucha mucho referido a relaciones de pareja como “relación tóxica” cuando uno de los miembros influye negativamente sobre el otro. También se aplica a la persona en sí, como “ persona tóxica” o “gente tóxica”. Son términos que se utilizan mucho actualmente entre los jóvenes, se han puesto de moda y forman parte del vocabulario de la actualidad.

También me he dado cuenta que siempre se utiliza en tercera persona, hablando de los demás, y con la intención de alejarse lo máximo posible de una persona tóxica, como si tuviera la lepra. Como incluso si no tuvieran derecho a pertenecer a nuestra sociedad. Hoy yo quiero hablaros desde otro punto de vista, y aunque sí que es cierto que hay que ser consciente cuando estamos ante una persona de este tipo, también tenemos que darle una oportunidad de cambio, y tengo que tratar este artículo desde el enfoque de la persona tóxica, para darle la oportunidad de cambiar.

¿Qué es la gente tóxica en realidad? ¿A qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de persona tóxica?

En primer lugar, hay algo que comparten todas las personas tóxicas, y es que aunque de manera inconsciente en la mayoría de los casos, disfrutan sembrando negatividad a su paso. Utilizan su poder para menospreciar a sus víctimas, y así aliviar sus frustraciones o infelicidad vital.

Esto ocurre en el caso de relaciones de padres a hijos, en la caso de parejas, en relaciones de amigos, en el caso de relaciones laborales, en los deportes, etc., en fin en cualquiera de las facetas de nuestra vida, podemos encontrarnos con una persona tóxica.

Cuando tenemos una persona dependiente a nuestro cargo. El papel de la psicología

Cuando tenemos una persona dependiente a nuestro cargo. El papel de la psicología

Algunos de vosotros me habéis contactado en un momento dado, preguntándome sobre este tema, y quería escribir al respecto pues es un tema al que nos enfrentamos día a día en la mayoría de familias. En España en concreto hay más de 600.000 personas con algún grado de dependencia.

Ya sea en el caso de nuestros padres cuando se hacen mayores, o sufren una enfermedad, o en el caso de hijos también con ciertos niveles de dependencia. Las personas que ejercen el papel de cuidadoras se enfrentan desde el principio, a un camino difícil, lleno de sentimientos encontrados y yo diría, que es un camino de peregrinaje, del que partimos desde un punto y por el cual transitamos, generalmente descubriendo estados y facetas de nuestra personalidad que nos humanizan y nos hacen mejores personas.

El papel de cuidador es muy importante y sin embargo, muchas veces las personas cuidadoras quedan relegadas a un segundo plano tras la persona cuidada, que es la que recibe los cuidados y atención.

¿Pero, quien cuida al cuidador? Ciertamente, en multitud de ocasiones, he visto como personas cuidadoras se desvivían de tal manera por la persona dependiente, que perdían la perspectiva sobre ellos mismos, y en muchos casos, han sido reacios a comenzar un tratamiento personalizado porque generalmente alegan que no lo necesitan. Nada más lejos de la realidad. Por norma general, sí que lo necesitan y mucho. Si estás al frente del cuidado de una persona dependiente, lo primero que has de cuidar, es a ti mism@. Para que la persona dependiente esté bien, tú también tienes que estar bien.

Vamos a ver algunas de las circunstancias que pueden darse y cómo combatirlas.

El síndrome del cuidador

El síndrome del cuidador es un trastorno que aparece sobre la persona que cuida a la persona dependiente y que generalmente presenta agotamiento psíquico y físico. Aparecen episodios de estrés de intensidades variables, todo ello generado por el hecho de enfrentarse a una situación nueva que requiere un gran esfuerzo físico y psicológico y que además ocupa las 24 horas del día.

¿Eres demasiado exigente contigo mism@?

¿Eres demasiado exigente contigo mism@?

¿Buscas siempre que las cosas y las situaciones sean perfectas? ¿Te molesta que los demás tengan defectos, y te frustras cuando no puedes cambiarlo?

Bueno, entonces te diría ¡Bienvenido al club de los muy exigentes! Siempre he dicho que ser exigente no tiene porqué ser un problema, al contrario, es una gran virtud. La exigencia con nosotros mismos nos ayuda a ser mejores personas, mejores profesionales, mejores padres, mejores hijos, etc., …pero siempre y cuando conozcamos nuestros límites y sepamos manejar nuestro nivel de exigencia con prudencia y siendo realista.

He tratado casos en los que la desmesurada exigencia con uno mismo y lo que es también muy complicado, con los demás, crea un gran problema no sólo con la persona y con su «yo interior», sino, con su entorno, ya sea su pareja, sus hijos, sus padres, sus amigos, etc.

Reflexiona un poco conmigo, y dime si te frustras cuando los demás no hacen las cosas como tú habías pensado, o cuando las acciones de los demás no salen como habías previsto y te afectan negativamente. Por ejemplo, imagínate, que tú eres muy puntual, y has quedado con tu pareja para ver un espectáculo de teatro que tienes muchísimas ganas de ver desde hace mucho tiempo, es la última función, tienes las entradas, estás esperando a tu pareja en la puerta del teatro y…no llega, no llega, no llega, y cuando finalmente llega, se ha cerrado la sala, y ya no se puede entrar…..¡ayyyy! en ese momento es normal que te enfades, que estalles, y que te frustres porque si no hubiera sido por tu pareja, tú hubieras entrado y ahora estarías viendo tu obra favorita….

Me siento vacío, 10 consejos para llegar a ser la persona que quieres ser.

Me siento vacío, 10 consejos para llegar a ser la persona que quieres ser.

¿Miras para atrás y te das cuenta de que los últimos años no has hecho realmente lo que querías? ¿Te sientes como que has perdido el tiempo? ¿Te gustaría llegar a hacer cosas chulas, pero te puede la pereza, el esfuerzo, el miedo, etc?

Parece un tópico, y algo que repetimos hasta la saciedad, pero es que es ¡¡¡verdad!!! “El que algo quiere, algo le cuesta”. Nuestra sociedad en la actualidad está viviendo cambios muy rápidos e importantes en la manera que tenemos de enfrentarnos a las decisiones y la vida en general. La era de la información, la inmediatez, produce cambios en nosotros, que yo misma he experimentado desde que era pequeña hasta ahora. O si nos remontamos a un siglo atrás, sin teléfonos, sin coches…, la concepción del tiempo, de la paciencia, del esfuerzo, era muy distinta a lo que es ahora. Estamos perdiendo paciencia, estamos perdiendo capacidad de esfuerzo, estamos perdiendo concentración.

Los mensajes, las llamadas, las redes sociales, el trabajo, los impuestos, los seguros, los coches, las casas…, a nuestro alrededor orbitan decenas de ideas, preocupaciones, ruido, interferencias, que nos alejan de la concentración que necesitamos para tomar las decisiones que realmente queremos. A veces elegimos lo fácil, lo cómodo, quedarnos mirando la tele, navegando por internet, o perdernos por Facebook, y demás, y dejamos para otro momento nuestros deseos más motivadores, que se apagan y se quedan latentes esperando a salir cuando tengan otra oportunidad. Algunos de mis pacientes, me comentan que se le pone un nudo en el estómago, porque quieren hacer cosas, pero que siempre acaban sin hacerlas, y eso les crea frustración e insatisfacción.

Voy a darte 10 consejos para que pongas en práctica y te ayuden a ser la persona que quieres ser.

Dar el cambio a tu vida

Dar el cambio a tu vida

Retomando la temática del artículo anterior sobre “Cómo aumentar la confianza en uno mismo”, me surgen nuevas vías para profundizar sobre cómo desarrollar la confianza y sobre todo la pregunta clave sería ¿para qué? Realmente si reflexionamos acerca de para qué necesitamos desarrollar nuestra confianza es por una cuestión muy clara y sencilla: para cambiar cosas de nuestra vida que queremos mejorar. Ganar confianza en ti mism@ te abrirá puertas que antes no podías abrir y que después de un trabajo y esfuerzo por tu parte, podrás abrir, cruzar y adentrarte en tus sueños y deseos.

Gracias a mi profesión he podido ayudar a muchas personas a cumplir sus objetivos y expectativas, desde luego que no ha sido fácil pero con constancia, esfuerzo y motivación, y un buen profesional que te guíe, ¡todo es posible!

En el artículo anterior os daba varias pautas para comenzar a ganar confianza. No pierdas de vista esas pautas, que puedes revisar aquí: https://snpsicologovalencia.es/blog/superacion-personal/104-como-aumentar-la-confianza-en-uno-mismo.html, apúntalas, tenlas a mano, incluso puedes anotarlas en una pizarra que tengas en una parte visible de la casa, para tenerlas presentes en cualquier momento y para que te recuerden tu plan y objetivos.

Verbaliza tus objetivos

Recuerda que es muy importante haber reflexionado profundamente sobre tu decisión y tener presente que va a suponer un esfuerzo, para el que hay que estar bien preparado a nivel de motivación y constancia. Una de las cosas que más encarecidamente recomiendo a mis pacientes es que expresen sus objetivos. El hecho de exteriorizarlos comentándolos a tu familia, a tus amigos, pareja, etc., va a ayudarte mucho a dar el paso, y lo que es más importante, a continuar. Te explico porqué es tan importante:

Cuando cuentas a tus seres más allegados tus intenciones, en primer lugar, al verbalizarlas varias veces, se ordenan tus ideas, se clarifican.

También, te va a ayudar a creerte a ti mism@, por si acaso todavía tenías dudas. El hecho de intercambiar opiniones y consejos con tus seres queridos, te va a ayudar a matizar ideas, mejorarlas, en definitiva, tus amigos y familia te van a aportar nuevos conceptos adaptados a tu personalidad, porque ellos te conocen bien, y van a complementar tus ideas iniciales.

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