Te doy la primera pauta que tienes que saber si padeces fagofobia
¿Te pasa que sientes que vas a ahogarte cada vez que intentas comer o beber algo? ¿Que incluso lo más simple, como un vaso de agua o una cucharada de sopa, se convierte en una montaña insalvable? Si es así, déjame contarte que lo que estás experimentando puede tener un nombre: fagofobia. Y no estás sola.
Como psicóloga especializada en autoestima y relaciones de pareja, también me he especializado en ayudar a personas con trastornos relacionados con la comida, y en mis sesiones de terapia individual y de pareja, he podido ver cómo este tipo de miedo puede interferir profundamente en la vida cotidiana, afectando no solo la salud física, sino también las relaciones personales, la confianza y la libertad de elegir. Tanto yo como todo mi equipo de la Clínica estamos especializados en el tratamiento de la Fagofobia, siendo referentes a nivel nacional.
Por eso, hoy quiero hablarte desde esa experiencia clínica para contarte la primera pauta fundamental si padeces fagofobia, y cómo identificar qué tipo de miedo estás atravesando.
Si crees que estás padeciendo Fagofobia o que algún amigo o familiar tuyo puede estar sufriéndola, por favor, no lo dudes, ponte en contacto conmigo.
Somos especialistas en Fagofobia, completamente familiarizados con los síntomas, y las circunstancias que conlleva la enfermedad.
MIEDO A BEBER
El miedo a beber suele ser uno de los primeros síntomas que aparecen en la fagofobia. Muchas personas comienzan sintiendo un temor inexplicable al tomar líquidos. Y aunque podría parecer algo sencillo de evitar, este tipo de miedo es especialmente paralizante, ya que el cuerpo necesita hidratarse constantemente.
Beber implica un acto reflejo natural, pero cuando tu mente está entrenada para controlar cada paso del proceso, desde el momento en que acercas el vaso hasta que el líquido toca tu garganta, el miedo se activa como una alarma falsa.
En la consulta, he trabajado con mujeres que evitan reuniones sociales, salidas y hasta el simple hecho de sentarse a la mesa con otros, solo por evitar beber algo frente a los demás. Esto genera un círculo de ansiedad y aislamiento que refuerza el miedo inicial.
Y aquí es donde quiero que prestes atención: el problema no es el agua, el zumo o el café. El enemigo real es esa necesidad de controlar absolutamente todo, incluso aquello que tu cuerpo sabe hacer de forma automática. Tu personalidad controladora no te deja soltar el miedo. Ese es el verdadero campo de batalla.
MIEDO A TRAGAR
Otro de los escenarios más frecuentes es el miedo a tragar alimentos sólidos. En este caso, las personas temen especialmente atragantarse, ahogarse o sufrir algún episodio grave mientras comen.
Este miedo se alimenta de pensamientos catastrofistas, como: “me voy a morir comiendo”, “esto se va a quedar atascado”, “nadie podrá ayudarme si me pasa algo”. En terapia lo trabajo constantemente porque este miedo se convierte en una especie de auto-profecía que te bloquea, te quita el apetito y, lo peor, te convence de que estás en riesgo cuando en realidad no lo estás.
En mis sesiones de terapia de pareja, muchas veces aparece este tema cuando uno de los dos se siente impotente por no poder ayudar a la otra persona. La comida, que debería unir, se convierte en una fuente de tensión.
Por eso,al igual que te comento en el caso de la bebida, la comida no es el problema, el problema es la necesidad de controlarlo todo. Tú no tienes una enfermedad neurodegenerativa, tu cuerpo está sano. Si te hubieras ahogado de verdad, no estarías leyendo esto. Lo que has tenido son atragantamientos normales que tu cuerpo ha sabido resolver. Atragantarse no es lo mismo que ahogarse.
MIEDO A BEBER Y TRAGAR
En muchos casos, estos miedos no se presentan de forma aislada. Algunas personas sienten pánico tanto al beber como al tragar sólidos. Si este es tu caso, es posible que estés viviendo un nivel de ansiedad muy elevado.
Este tipo de miedo combinado puede surgir tras una experiencia puntual negativa (como un atragantamiento fuerte o una crisis de ansiedad comiendo), pero se mantiene en el tiempo porque tu mente lo alimenta. La evitación, la sobreprotección, la anticipación… todos estos mecanismos acaban reforzando el miedo.
Aquí te dejo unos consejos clave si te reconoces en este perfil:
- No luches contra el alimento. El problema no es el alimento, sino el pensamiento que tienes sobre él.
- Cada vez que te enfrentas a ese alimento o bebida, ya estás ganando la batalla.
- No busques controlar el proceso de tragar: es natural, automático y tu cuerpo sabe hacerlo sin tu ayuda.
- Evita chequear constantemente si algo va mal. Eso solo aumenta la ansiedad.
- Trabaja en tu personalidad obsesiva y controladora. No se trata de comer perfecto, se trata de confiar en ti.
- Usa la exposición progresiva: cocina, huele, siéntate frente al alimento, aunque no comas. Eso ya es enfrentarte.
- Habla con una terapeuta experta en autoestima y control. Trabaja tu confianza y tu sensación de seguridad desde la raíz.
He visto en consulta que cuando una persona logra exponerse día a día, incluso solo oliendo o cocinando lo que le da miedo, da pasos enormes sin darse cuenta.
AHOGARSE Y ATRAGANTARSE NO SON LO MISMO
Este punto es fundamental. Uno de los errores más comunes que cometen las personas con fagofobia es confundir atragantarse con ahogarse. Son cosas completamente diferentes.
Atragantarse es un proceso normal. A veces tragamos mal, y el cuerpo responde tosiendo para expulsar o recolocar lo que está en la vía equivocada. Es molesto, incómodo y genera susto, pero no es mortal.
Ahogarse de verdad, en cambio, implica que no puedes respirar, ni hablar, ni pedir ayuda. Y créeme: si eso te hubiera pasado, no estarías leyendo este artículo.
Este tipo de miedo muchas veces nace de una mala experiencia del pasado que tu mente ha distorsionado. He trabajado con muchas mujeres que, al recordar “la vez que casi se mueren comiendo”, reconstruyen el episodio y se dan cuenta de que no fue tan grave como lo sentían. Eso se llama ansiedad retrospectiva, y es clave tratarla en terapia.
LA PRIMERA TÉCNICA QUE DEBER APLICAR SI PADECES FAGOFOBIA
Ahora sí, vamos a lo que te comento desde el principio: la primera pauta fundamental para tratar la fagofobia.
Quiero que cada vez que te enfrentes a un alimento o bebida que te da miedo, te repitas esto:
“No es el alimento el que tengo que controlar. Es mi pensamiento, mi necesidad de control. Ese es mi verdadero enemigo.”
Esta técnica tiene dos pasos básicos:
- Sé consciente del control: Quizás estés intentando controlar un proceso que el cuerpo humano ya tiene automatizado. Comer, tragar, respirar… son funciones naturales que no requieren de tu control consciente. Al querer controlar eso, se genera el miedo.
- Enfréntate día a día: Enfrentarse no significa devorar un plato de comida. Enfrentarse puede ser cocinar ese alimento, olerlo, tocarlo, o incluso sentarte frente a él. Cada vez que haces eso, estás enviando un mensaje a tu cerebro: “Estoy ganando. Estoy aquí. No huyo.” Y eso es muy poderoso.
En consulta, una de mis pacientes con fagofobia severa me dijo hace poco: “He sido capaz de cocinar una sopa y sentarme a olerla. Y no sabes lo orgullosa que me sentí”. Ese pequeño acto fue más valioso que cualquier medicación.
¿Tienes fagofobia? Entonces este artículo es tu punto de partida.
Puedes contactar con nosotros para pedirnos una cita o hacernos una consulta.
Consúltanos acerca de nuestro programa para superar la Fagofobia y cómo puedes inscribirte a nuestro programa online y comenzar el programa, estamos para ayudarte.
Estos son algunos de los consejos que pueden ayudarte a superar la fagofobia.
Puedes ver más consejos sobre este y otros temas en nuestro Instagram, y en el canal de Youtube de la Cínica, espero que te pueda ayudar.
No lo dudes, si buscas una psicóloga en Valencia o Barcelona que sea experta en psicología para mujeres y problemas de fagofobia en Valencia o Barcelona, por favor, contacta conmigo directamente en el 636162020.
Un saludo,
Sara Navarrete
Psicóloga
Teléfono: 636 162 020
info@snpsicologovalencia.es
Sara Navarrete es la Directora del Centro de Psicología Clínica y de la Salud de Valencia y de Barcelona, es Licenciada en Psicología por la Universidad de Valencia (2009) y Psicóloga experta en Autoestima, Dependencia Emocional y Terapia de Pareja.
Paralelamente a su formación en el área de la Dependencia Emocional, Autoestima y Terapia de Pareja ha cursado estudios de Máster en Psicología Clínica (Instituto Superior de Estudios Psicológicos de Valencia), Máster en Psicología Cognitivo Conductual (Instituto Superior de Estudios Psicológicos de Valencia), Máster Universitario en Psicología General Sanitaria (Universidad Católica de Valencia) y Postgrado en Neuropsicología Clínica.
Con una experiencia de más de 10 años, cuenta con un amplio número de sesiones de terapia realizadas hasta la fecha; por ello es consciente de lo complicado que te puede resultar tomar la decisión de pedir ayuda en momentos difíciles, y la de decidir cuál es el profesional más adecuado y más competente para ti. Su objetivo es ayudarte a alcanzar el bienestar y tus objetivos personales.
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