Detectar el bullying en tu hijo

febrero 21, 2017

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Sara Navarrete

Detectar el bullying en tu hijo

¿Qué es el bullying o acoso escolar?

Desde hace varios años vengo atendiendo en mi consulta a niños y adolescentes que han sido víctimas de acoso escolar. Algo que me hace reflexionar y lo que hoy quiero hablaros. El acoso escolar o bullying se define como cualquier tipo de agresión tanto física como psicológica que se da de forma constante en el ámbito del colegio o instituto. No entrarían dentro de esta definición las agresiones puntuales que pueden darse entre niños o adolescentes, y que no tienen una continuidad en el tiempo. A esto último, lo llamaríamos agresión.

Una de las características más significativas del bullying es que la víctima sufre de manera continua un desgaste físico o/y psicológico que va en aumento de forma progresiva, y que puede desencadenar en hechos traumáticos e irrevocables.

¿Quienes son carne de cañón para el bullying?

Por la experiencia que he desarrollado en mi clínica, y bajo la observación de los numerosos casos que se dan en concreto en nuestro país, hay ciertos modelos de comportamiento que se repiten, tanto en las víctimas, como en los acosadores, aunque ningún niño está a salvo totalmente de sufrir acoso escolar. Puede ocurrir que el hecho de destacar frente a la mayoría, suponga un motivo para sufrir bullying. Parece como si nuestra sociedad no fuera lo suficientemente tolerante como para aceptar la diferencia, y creo que es una de las cuestiones más importantes que debemos aprender para convivir en libertad y respecto en una sociedad.

Aquello que se sale de lo “normal” muchas veces nos da miedo, nos asusta, nos da envidia, por lo que intentamos alejarlo de nosotros, y puede que este tipo de comportamiento social y aceptado esté influenciando a nuestros hijos a la hora de respetar o no a los demás.

Nuestra cultura ha dado grandes pasos adelante en cuestión de décadas, por poner un ejemplo, en el caso de la homosexualidad. En muchos países, se persigue con la muerte, y en cambio, en el nuestro, tenemos plena libertad de amar y casarnos con quien queramos, algo de lo que debemos estar realmente orgullosos como sociedad. Somos capaces de cambiar nuestra realidad, a través del respeto y de la tolerancia, por lo que podemos ir más allá y educar a nuestros hijos en el respeto y la aceptación.

¿Y qué es lo normal? Todos tenemos nuestra personalidad y somos únicos, y no debemos quedarnos en la superficialidad, o en los prejuicios, sino profundizar para poder valorar a las personas.

En los niños, puede ocurrir lo mismo, lo que está fuera de lo “normal” les puede asustar, dar envidia, y por ello, junto con cuestiones personales, hay niños que se convierten en acosadores, buscando sus víctimas para reforzar en muchos casos su propia autoestima.

La mayoría de niños que he atendido por sufrir bullying, tienen características físicas distintas a la mayoría, y normalmente también ocurre que son más vulnerables, quizás son tímidos, o tienen un carácter en fase de desarrollo. La combinación de ambos estados, físico y psicológico, hacen que muchos niños se conviertan en objetivos para los acosadores.

Yo soy de la opinión que no hay que criminalizar a los acosadores a la primera de cambio. Hay que estudiar sus circunstancias, su entorno, su pasado, etc. En la mayoría de los casos, los acosadores también son víctimas de sus circunstancias personales, y utilizan el acoso para ocultar sus carencias y debilidades.

¿Qué síntomas pueden aparecer en tu hijo?

Siempre tienes que estar pendiente de cambios en el comportamiento de tu hijo porque por muy pequeños que sean, pueden ser los primeros síntomas de estar sufriendo acoso escolar. Ten en cuenta que aunque intentemos tener una comunicación sana y fluida con nuestros hijos, con este tipo de cuestiones, los niños, por normal general suelen mantenerlo en secreto, por vergüenza, miedo, rechazo, etc. Así que es a través del comportamiento como podremos detectar posibles señales.

Te voy a exponer varias señales que te tienen que poner en alerta:

-En el sueño: Que le cueste mucho dormir y/o tenga pesadillas.

-En el comportamiento: Cambios inexplicables de humor, irritabilidad, tristeza, enfados, etc.

Cambios en el apetito

-Trastornos psicosomáticos: Se quejan de dolor de cabeza, tripa, u otros, sin una causa aparente.

-Problemas de socialización: Le cuesta relacionarse, tiende a aislarse.

-Rechazo a ir al colegio o instituto de forma continua. Que no quieran ir al cole de vez en cuando es normal, pero que sea de forma diaria y el niño o la niño sufra por tener que ir, nos tiene que preocupar.

-Falta de interés en los estudios que puede verse reflejada en una bajada del rendimiento escolar.

-Y por último, si existe maltrato físico, que tenga de forma continua moraduras o heridas y que al preguntar, diga siempre que ha sido al caerse.

Estas son algunas de la señales más significativas en el comportamiento de nuestros hijos, aunque estos síntomas, salvo el último, pueden estar causados por otras cuestiones como la pérdida de un ser querido, la separación de los padres, etc. Por ello, es muy importante observar a tu hijo y descartar otros posibles causantes. En el próximo artículo continuaré hablando sobre esta temática y sus circunstancias, más enfocado a la etapa adolescente.

Si como padre, detectas que tu hijo puede estar sufriendo acoso escolar, ante todo, transmite tu tranquilidad, apoyo, y seguridad. Consulta con el colegio, y también, pide asesoramiento a una Clínica de Psicología.

Sara Navarrete

Psicóloga

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Os voy a comentar varias cuestiones interesantes, por ejemplo, el hermano o hermana mayor, lucha contra la idea de príncipe destronado, y el pequeño lucha para ocupar la posición que le corresponde respecto al primogénito, y los de en medio, buscan ser distintos. Es una manera de compensar las fuerzas y dinámicas de la familia y equilibrar las atenciones. Los celos parten de la unidireccionalidad de las relaciones entre padres e hijos, o sea, que los niños se interesan más por la relación de ellos mismos con los padres y viceversa, y compiten entre ellos por esa relación.

¿Qué es lo que tenemos que hacer los padres en caso de celos excesivos entre hermanos?

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¿Cómo son los padres demasiado exigentes?

Los padres demasiado exigentes presionan a sus hijos para que constantemente estén esforzándose en busca de un objetivo impuesto. También se identifican por estar constantemente diciendo a los hijos lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer. Corrigen errores de los hijos incidiendo en los aspectos negativos, y si felicitan por los logros hechos por los hijos, les recuerdan que tienen que mejorar y seguir trabajando. Los niños, cuando son pequeños pueden ser muy obedientes para complacer a sus padres, pero pueden derivar en personalidades con poco criterio y poca autonomía porque están acostumbrados a que alguien les diga lo que tienen que hacer en cada momento.

También es cierto que en personalidades fuertes y con buen rendimiento, los niños pueden llegar a desarrollar una faceta perfeccionista que les ayude a alcanzar metas elevadas, pero siempre hay que ser consciente de la voluntad del niño, de su capacidad y motivación.

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A menudo acuden a mi consulta parejas que necesitan ayuda para superar etapas de crisis, y que además están preocupadas por cómo sus hijos están haciendo frente a la situación.

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Hay que tener en cuenta que los niños no sólo se sienten afectados a partir del momento de la separación, sino desde el momento en el que empiezan a aparecer los primeros conflictos entre la pareja. Saber manejar la situación desde el respeto hacia la otra persona,y siendo conscientes de la presencia de los hijos, va a ayudarles a asimilar la situación y a poder superar una ruptura de sus padres si es que finalmente se produce.

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