¿Auto engaño? Sé fiel a tus valores
Muchas veces mientras estoy redactando un artículo, tomo notas de temáticas que van apareciendo conforme voy escribiendo para vosotros. En multitud de ocasiones las temáticas están entrelazadas y se nutren unas de otras, haciendo que enlace cuestiones que resultan muy interesantes y sobre las que tengo la necesidad de profundizar.
Es el caso de este artículo que comparto con vosotr@s hoy. En el pasado artículo sobre “No soy feliz y lo tengo todo”, se plantean una serie de aspectos como posibles causantes de la falta de felicidad en personas que en principio lo tienen todo para ser felices, pero se encuentran vacías.
Algunos de estos aspectos, tal y cómo reflejé en el artículo anterior, eran a rasgos generales, el negativismo o falta de optimismo, el no esforzarse por salir de la zona de confort, la falta de decisión de uno mism@, el no ser capaz de superar los prejuicios, entre otros, y por último, uno de los aspectos que más me interesa desarrollar y exponeros, es el hecho de vivir en disonancia a tus propios valores.
Ya sea “por miedo, por pereza, por comodidad, por falta de autoestima, a veces no actuamos conforme a nuestros valores, no dejes que eso ocurra, ¡no vendas tu alma!” rezaba el artículo previo.
Ciertamente es algo a lo que me he enfrentado en numerosas ocasiones, viendo cómo la sociedad, la familia, nuestro entorno, etc., ejerce cierta influencia sobre nosotros. Es natural, nacemos, vivimos, nos desarrollamos dentro de un entorno y es completamente normal estar influenciados por lo que nos rodea, por nuestra cultura y nuestras circunstancias. Sin embargo, el alcance de este influjo, en ocasiones afecta de forma negativa sobre nosotros mismos sin que seamos capaces ni siquiera de darnos cuenta.
La mentira normalizada
Muchos niños mienten pensando en que los mayores no se van a dar cuenta, y en el caso de los adultos, a veces, también ocurre lo mismo, los adultos actúan como niños. Estamos muy acostumbrados a la mentira. Por ejemplo, si hablamos desde el punto de vista político, estamos aborrecidos de escuchar a los políticos grandes discursos en sus campañas electorales, y después no hacer nada de lo que habían propuesto. Ya ni siquiera en sus campañas políticas, sino en el día a día, defendiéndose un día y dimitiendo al siguiente, y así sucesivamente. Ocurre de forma tan constante que estamos totalmente acostumbrados a la mentira. Además, no sólo estamos acostumbrados a ella, sino que también estamos acostumbrados a que no se pida perdón. La mentira nos hace menos generosos, menos humildes, menos buenos.
El autoengaño, además de estar mintiendo a los demás, hace que nos mintamos a nosotros mismos, cosa que todavía es peor.
El autoengaño como estrategia
A veces los mecanismos del cuerpo son incontrolables, y muchas veces la mentira se realiza de forma inconsciente, no nos damos cuenta siquiera de lo que está ocurriendo hasta que afecta seriamente a nuestra relación con los otros o nos vemos envueltos en un episodio extraordinario. El autoengaño entonces tiene la misión de protegernos ante una amenaza. “Ojos que no ven, corazón que no siente”, es uno de los refranes más sabios que existen y más elocuentes.
Ante una amenaza, muchas personas reaccionan negando la mayor, ya que el rechazo supone un menor sufrimiento y ansiedad que si afrontaran de cara el problema. Sin embargo, en determinadas situaciones en las que la negación puede ser incluso beneficiosa, en la mayoría de los casos, el autoengaño oculta tras de sí, carencias fundamentales como la inseguridad, que en algunos casos, puede ser extrema y afectar gravemente a la vida de la persona.
La inseguridad y la mentira
Desde un tiempo a esta parte, se vienen realizando estudios en la sociedad española que indican que cada vez más nos encontramos ante personas frágiles e inseguras que mienten y se mienten a sí mismas para sentirse más integradas en la sociedad, o para autojustificar sus acciones. Sin embargo, el autoengaño nos aleja de la felicidad. Debemos ser sinceros con nosotros mismos. No puedes hacer las cosas para complacer a los demás o para buscar la aprobación de los otros, porque este comportamiento lo que promueve es que no seamos capaces de aceptar la diferencia, y perdamos la empatía con los otros, lo que al final nos convierte en menos libres y felices.
Reafirmarse para superar el autoengaño, y ser fiel a tus valores
¿Cómo ser fiel a tus valores? Hay que superar muchas barreras invisibles pero que son como muros enormes para ti, te doy algunas pautas:
-Ante todo, busca en tu interior. Allí encontrarás la verdad, tus anhelos, tus sueños, tus necesidades, tus gustos e intereses.
-En las cuestiones que te atañen a ti, ponte primero, y sé quien tome las riendas, y decida. Que no decidan por ti.
-No hagas cosas de las que luego te puedes arrepentir porque no concuerdan con tus valores.
-No tengas miedo a expresar tu opinión, siempre desde el respeto y la concordia, pero tu opinión es tuya, y de nadie más.
–Imponte ante situaciones en las que quizás con anterioridad no se te ha tenido en cuenta. Aquí comienza tu nuevo tú.
–Toma notas de tu logros y de tus deseos, para reafirmarte y llegar a ser la persona que quieres ser.
No dudes en consultar conmigo tus dudas. Podemos ayudarte en tu desarrollo personal, ¡bienvenid@ a tu nuevo yo!
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