DISTORSIONES EN LA PAREJA, de carácter cognitivo.
Cuando nos embarcamos en la aventura de una nueva relación amorosa, es frecuente que surjan miedos, inseguridades, dudas. Muchas veces, las relaciones que hemos tenido en el pasado nos han dejado huella, ya sea por infidelidades, rupturas dolorosas, falta de confianza, etc. Es normal que traslademos esos miedos a nuestra nueva relación de pareja y no debe preocuparnos excesivamente. Pero ¿qué ocurre cuando estamos en un continuo malestar en nuestra actual relación? ¿Por qué nos ocurre esto? En este artículo hablaremos de ello.
DISTORSIONES COGNITIVAS
¿Qué son las distorsiones cognitivas? Las distorsiones cognitivas son uno de los grandes responsables de los conflictos, tanto en la pareja, como personales, como en otras relaciones sociales, perjudicando una comunicación fluida y sana.
Los psicólogos las definimos como esquemas rígidos de pensamiento (creencias erróneas) que no se basan en datos objetivos o reales, si no en nuestra propia interpretación, por lo tanto, no se ajustan a la realidad. Las situaciones en las que aparecen no son problemáticas en sí, sino nuestra interpretación de dichas situaciones. Además, suelen ser juicios de valor, interpretaciones, generan mucho malestar y son muy difíciles de controlar.
Si las distorsiones aparecen en momentos puntuales de la relación, no tienen por qué suponer un problema grave. Sin embargo, cuando estas aparecen frecuentemente y toman las riendas de la relación, esta se verá afectada.
PRINCIPALES DISTORSIONES QUE SE DAN EN LA PAREJA.
Las relaciones de pareja son un ámbito relativamente sencillo para que aparezcan distorsiones cognitivas. Existen muchos tipos y todas las personas experimentan unas u otras en algún momento de su vida. Entre ellas, las más frecuentes son las siguientes:
Abstracción selectiva. Consiste en prestar atención solo a aspectos concretos o detalles de la situación, ignorando el resto de información importante. Se suelen ignorar los aspectos positivos, dando más importancia a los negativos. ¿Te suena? Mi pareja no está muy cariñosa conmigo esta noche y pienso “debe estar enfadada conmigo”.
Pensamiento dicotómico. Consiste en una falta de flexibilidad a la hora de interpretar las situaciones o hechos. Los acontecimientos son entendidos de forma extrema, de todo o nada, bueno o malo, sin grados intermedios. Por ejemplo, mi pareja me dice que he hecho algo mal y pienso “lo hago todo mal”.
Sobregeneralización. Ocurre cuando una persona saca conclusiones generales de un hecho particular, cuando a veces esos hechos son aislados. Se suelen utilizar palabras como siempre, nunca, nadie, todos, etc. Por citar un caso, mi pareja se olvida de algo que le he pedido y pienso “siempre se olvida de lo que le pido”.
Lectura de la mente. Es la tendencia a interpretar los pensamientos de los demás sin comunicación ni base real. Esto provoca que actuemos en función de la información que suponemos en lugar de la información real. “Aunque me haya dicho que no le molesta quedarse en casa, seguro que se ha enfadado por haberme ido”.
Magnificación/minimización. Consiste en minimizar o maximizar las experiencias. Normalmente se minimiza lo positivo de la situación y se maximiza lo negativo, aunque puede ocurrir al contrario. Por ejemplo, cuando hay un problema en la pareja, pienso “me dan igual los éxitos que haya logrado en el pasado, ya no tienen importancia. Lo que importa ahora es que ha cometido ese grave error.”
Inferencia arbitraria. Se trata de extraer conclusiones de una situación que no están apoyadas por los hechos o incluso con evidencias contrarias. A modo de ejemplo, mi pareja llega tarde a casa y pienso “seguro que ha estado con otra persona”.
Aquí, existe una inferencia muy común y peligrosa en las relaciones de pareja, y es la siguiente: “si es celoso/a es porque me quiere”. En este caso, llegamos a la conclusión de que ser celoso es algo bueno y lógico dentro de una relación, incluso necesario como una muestra de amor, cuando realmente los celos denotan todo lo contrario.
Así surge otra distorsión, los “deberías”. En este caso, “si me quiere debería mostrar celos en determinadas ocasiones”
Personalización. Consiste en que la persona se atribuye situaciones o sucesos externos a uno mismo, cuando no hay suficientes pruebas para ello. Sería el caso de que mi pareja dice que un amigo suyo habla mucho y yo pienso “le aburro cuando le cuento mis problemas”
Es posible que en muchos de estos ejemplos hayas pensado “yo eso no lo hago”, pero también es posible que te identifiques con algunos de ellos. Conocer cuáles son estas distorsiones cognitivas e identificarlas en nosotros puede ayudarnos a desarrollar pensamientos que se ajusten mejor a la realidad, mejorando la relación y la calidad de vida de ambos miembros.
Por ello, es muy importante que la pareja tenga una comunicación fluida y sana, ya que así seremos capaces de subsanar estos errores de pensamiento, teniendo una información más veraz y objetiva sobre las situaciones que vivimos, aumentando nuestra satisfacción en pareja. Una técnica que podemos recomendar es la de preguntar cuando surjan dudas, inseguridades o situaciones que no entendemos. Puede parecer sencillo, pero muchas veces no lo hacemos; y de esta manera evitaremos sacar conclusiones erróneas que desembocan en conflictos, aumentando el bienestar en ambos miembros.
Autora: María Martín de Pozuelo
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